Ya entrada en vigor la modificación de los límites de velocidad en España, el Real Decreto modifica el Reglamento General de Circulación con un cuadro más simplificado de las velocidades límite en las vías. Para autobuses, turismos y motos están fijados en 90 km/h, mientras que para los demás vehículos en 80 km/h. El límite será un poco mayor en autovía y autopista: camiones y furgonetas en 90 km/h, motos y turismos hasta 120 km/h y los demás vehículos, 100 km/h.
Y aunque existen ciertas disposiciones tocantes a vías convencionales con separación física en ambos sentidos, caravanas, remolques, vehículos escolares, etc. Lo cierto es que toda esta nueva reglamentación nos lleva al mismo punto: la velocidad tiene que ver con un tercio de los accidentes mortales. Lo que se busca con este Decreto es que a la par de la velocidad, disminuyan los accidentes fatales.
Velocidad segura: disminución de accidentes, sobre todo fatales
La OCDE, en su informe “Velocidad y riesgo de accidente” (2018) concluye que “la velocidad tiene influencia directa en la frecuencia y severidad de los accidentes”, reporte respaldado con cifras y donde se indica que solo con reducir la velocidad media 5 km/h en vías interurbanas reduce hasta un tercio los accidentes fatales, algo que han comprobado países como Hungría y Suecia, que al reducir de 90 a 80 km/h el límite de velocidad, redujo hasta 40 % las fatalidades.
Finalmente, la recomendación será la velocidad segura, que es cuando la posibilidad de lesiones en los implicados no supere cierto ámbito y sería de 30 km/h (lugares de convivencia con vulnerables), 50 km/h (cuando hay intersecciones) y hasta 70 km/h (riesgo de colisión frontal), por supuesto, tomando en cuenta la pericia, experiencia y aptitudes del conductor y estado de su vehículo, así como condiciones ambientales, etc.
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